En el último encierro de las fiestas de Poble Nou de Benitatxell, un toro murió de un infarto de manera fulminante en medio del carrer Major. Los participantes intentaron reanimar al animal dándole golpes y tirones, pero ya había muerto quizás producto del estrés, deshidratación y la ola de calor.
En este mismo pueblo, hace poco más de una semana, dos aparatosos accidentes pusieron al pueblo alicantino en el mapa. Los festejos populares con toros son espectáculos peligrosos y crueles, y cada año va sumando heridos y muertos a la larga lista de animales agredidos, acosados y torturados.
El jueves pasado, un joven de 22 años fue corneado en la ingle y luego azotado repetidas veces contra la barrera. Fue llevado de urgencias al hospital de Denia, y esa noche se suspendieron los bous al carrer programados. Sin embargo, esta medida cautelar lo duró mucho y continuaron los espectáculos con vaquillas los siguientes días.
El pasado lunes se repetía la tragedia, está vez con una víctima de unos 45 años, que tuvo la mala idea de grabar con su móvil lo que intentaba ser una muestra de su valentía y poca empatía. Aquí mostramos qué grabó el afectado. Esperamos que se recupere.
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