En los últimos años, los actos taurinos en la Comunidad Valenciana, especialmente los populares ‘bous al carrer’, han registrado un alarmante aumento en la siniestralidad, lo que ha llevado a las aseguradoras a reducir su cobertura en caso de accidentes. En respuesta, la Generalitat ha intervenido para asumir los gastos que superen los límites cubiertos por las aseguradoras, lo que incluye hasta 15.000 euros por estancia hospitalaria y hasta 6.000 euros en caso de muerte o invalidez permanente. Pero ahora, el Consell ha dado un paso más allá al proponer que esta cobertura se extienda a eventos taurinos celebrados fuera de la Comunidad Valenciana.
El anteproyecto de ley de Medidas Fiscales expuesto a consulta pública por la Generalitat incluye una modificación de la ley 20/2017 de Tasas, en la que se añade que en los siniestros «ocurridos en festejos taurinos celebrados fuera de la Comunitat Valenciana, el sistema público valenciano de salud se hará cargo del importe no asegurado a partir del límite establecido en el decreto 31/2015 de 6 de marzo», que estipula el reglamento de festejos taurinos tradicionales. Hasta ahora esa especie de seguro a todo riesgo que garantizaba el Consell gracias al apoyo del PSPV a sendas mociones de Cs y PP a la ley de Acompañamiento de los Presupuestos de 2023 se circunscribía al territorio autonómico, pero ahora ampliaría su rango. No se concreta, sin embargo, a qué colectivos cubriría la Generalitat ni el tipo de eventos.
Esta decisión genera fuertes críticas, no solo desde el ámbito de la protección animal, sino también por el uso de fondos públicos para financiar un tipo de espectáculo que expone tanto a humanos como a animales a un elevado riesgo. Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España, se ha manifestado en contra de la medida: "Es inaceptable que el dinero de todos los valencianos se utilice para cubrir las consecuencias de una práctica tan peligrosa y violenta. La tauromaquia es un riesgo innecesario que expone tanto a las personas como a los animales, y ahora quieren que todos paguemos por ello".
Aseguradoras se retiran y el debate se intensifica
Las compañías de seguros han ido retirando progresivamente su apoyo a los eventos de ‘bous al carrer’, especialmente en su variante más controvertida, el ‘bou embolat’. Este tipo de festejo, en el que se colocan bolas de fuego en los cuernos del toro, ha sido objeto de particular rechazo, incluso entre las aseguradoras. Según informes de 2022, al menos 18 municipios de la Comunidad Valenciana ya están en lo que se conoce como una "lista negra" de localidades donde no es posible obtener seguro para estos eventos debido a la alta tasa de accidentes. Hasta ahora se trataba de Argelita, Betxí, les Alqueries, Les Useres, Puebla de Arenoso y Vila-real, en la provincia de Castellón; Puçol, Bonrepòs i Mirambell, Ontinyent, Paiporta, Massamagrell, Sagunt, Picassent y Tavernes de la Valldigna, en València; y Calp, El Moralet, Orba y Teulada, en Alicante.
El motivo principal detrás de esta decisión es el riesgo financiero que conllevan estos espectáculos. El número de heridos ha disminuido, pero las aseguradoras aseguran que el coste en caso de siniestros graves es inasumible. Algunos eventos llegan a costar 700 euros en seguro, mientras que los gastos hospitalarios pueden superar los 150.000 euros. "Las aseguradoras han comprendido que no es rentable asegurar eventos que generan tantas pérdidas", explica Gascón. "Es una clara señal de que este tipo de prácticas no tienen cabida en una sociedad moderna, ni desde el punto de vista económico ni ético".
Consecuencias para los animales y la sociedad
El impacto no solo afecta a las aseguradoras y a los participantes de estos eventos, sino también a los animales, que son los principales perjudicados. Los ‘bous al carrer’ implican un elevado nivel de sufrimiento para los toros, sometidos a estrés, lesiones y, en muchos casos, la muerte. Estudios realizados por veterinarios y expertos en bienestar animal han demostrado que estos animales experimentan un miedo extremo y un estrés fisiológico severo durante estos eventos. La tasa de mortalidad de los toros tras participar en este tipo de festejos también es alarmante, lo que refuerza la crítica de que este tipo de prácticas son un claro ejemplo de maltrato animal institucionalizado.
La división social en torno a los ‘bous al carrer’ es cada vez más evidente. Mientras que algunos ayuntamientos han optado por prohibir estos actos, otros buscan nuevas maneras de financiarlos, en algunos casos recurriendo a la sanidad pública. A pesar de las crecientes protestas y campañas a favor del bienestar animal, la Generalitat continúa apoyando estos eventos bajo el argumento de preservar una tradición cultural. Sin embargo, como afirma Gascón: "Las tradiciones no deben perpetuarse a costa del sufrimiento de seres vivos. Es hora de que estas prácticas desaparezcan de una vez por todas".
¿Qué podemos hacer?
El debate sobre la tauromaquia en la Comunidad Valenciana no muestra signos de resolverse pronto. La extensión de la cobertura sanitaria pública para accidentes en estos eventos fuera de la región solo exacerba la controversia. Para aquellos que defienden los derechos de los animales, es esencial seguir alzando la voz contra estas prácticas.
Desde AnimaNaturalis, instamos a la ciudadanía a unirse a nuestras campañas como FiestasCrueles.org y exigir a las autoridades que dejen de financiar con dinero público eventos que atentan contra el bienestar animal y humano. La abolición de la tauromaquia no solo protegería a los animales de un sufrimiento innecesario, sino que también liberaría a la sociedad de los riesgos y los costes asociados a este tipo de festejos.