El equipo de investigación de AnimaNaturalis estuvo presente el pasado sábado 18 de junio en Vinaròs (Castellón), para registrar un concurso de emboladores en la ciudad. Con una plaza prácticamente vacía, la organización por la defensa de los animales comprobó que las tradiciones crueles con los animales sólo se sostienen por las ayudas y subvenciones, porque “son sólo una actividad recreativa minoritaria, pero impuesta a la mayoría”, como expresa Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España.
La Comunidad Valenciana es la que alberga el mayor número de festejos taurinos en toda España, se prevé que a final de 2019 alcancen la cifra récord de 10.000 festejos populares con toros, vacas y vaquillas. En esta comunidad el 20% de los festejos han correspondido históricamente a la modalidad de toros embolados. En 2017 se organizaron 1.973 espectáculos de este tipo (12) de los cuales un número cada vez mayor corresponde a los llamados encierros de vacas emboladas, usuales en diversas poblaciones de Castellón, cuya Diputación subvenciona cada año con 100.000€ los festejos con toros.
“Los aficionados a los toros embolados insisten hasta el cansancio que se trata de un espectáculo popular, fundamental para la identidad de los valencianos… pero la realidad es que sólo es un entretenimiento enfermo para una minoría”, explica Gascón. “Hemos documentado casi un centenar de este tipo de espectáculos y estamos convencidos de que la población preferiría conciertos o eventos familiares pagados con el dinero público, que estas atrocidades. Lo que vimos en Vinarós es solo una muestra de esto”, agrega.
Al menos unos 2.500 toros embolados con fuego se realizan cada año en varios municipios españoles. Únicamente se embolan toros en municipios de las provincias de Castellón, Alicante y Valencia, Tarragona y algunos pueblos limítrofes con las anteriores de la provincia de Teruel y Zaragoza.
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